La energía y la disputa por Taiwán

La energía y la disputa por Taiwán

Para iniciar un breve resumen de los antecedentes de la disputa por la isla de Taiwán, a modo de prólogo voy a referirme a Mateo Ricci, un jesuita que fue a evangelizar a China y se convirtió en el primer sinólogo en el sentido moderno del término. Nació en Macerata, Italia en 1552, falleció en Pekín en 1610, luego de treinta años de permanencia en ese país. Ricci fue investigador, matemático y cartógrafo. Ni bien llegó a China, comenzó a estudiar el idioma que llegó a manejar de tal manera que tradujo los diez mandamientos al chino mandarín antes del tercer año de permanencia. Los chinos lo llamaban “Xitai”, el maestro del extremo occidente.

Su vida fue clave en la expansión del catolicismo que llevaron adelante España y Portugal en su apertura a los Indias Orientales.

Su libro “Descripción de China”, escrito a lo largo de sus 30 años de su misión en “Catay”, como lo denominó su antecesor italiano Marco Polo a China, es un verdadero tratado acerca de la civilización China. En la lectura del libro de Ricci descubriremos la enorme y profunda ignorancia que tenemos en Occidente acerca de la Civilización de los Mandarines.

Para facilitar el conocimiento de China, voy a citar textualmente un par de párrafos de su libro.

Antes vale una aclaración importante: su obra y la práctica del cristianismo que llevó adelante Ricci en China donde alcanzó logros impactantes como los centenares de miles de chinos que se convirtieron al cristianismo, estuvo censurado por la iglesia durante más de tres siglos.

Porque si bien Mateo Ricci que fue designado Superior de la Misión en 1597, informaba periódicamente al Vaticano todos sus avances como misionero. Las revelaciones que documenta en su libro son o pertenecen a una civilización, la china, que era en muchos aspectos superior a la civilización occidental y cristiana, cuya máxima autoridad, el Papa, residía en Roma. Algo inaceptable para la teología vigente. Dicho esto, paso a citar de manera textual un aspecto central de las diferencias entre civilizaciones.


“Será necesario aclarar los asuntos de la Administración Pública y por tanto propondré brevemente unas cuantas prácticas que suelen seguir (los chinos) en cuanto a su modo para gestionar el buen gobierno, en los cuales son tan diferentes a nosotros (Occidente) que llegan a superar todas las anteriores diferencias: la primera es que, por ser este reino tan grande y estar tan repleto de gente y provisto de vituallas y materia para hacer madera, artillería y otros instrumentos de guerra, podrían fácilmente someter bajo su dominio cuando menos a todos estos reinos colindantes. No obstante, ni al rey ni a sus súbditos les importa todo esto, y están contentos con lo que tienen y no codician los bienes de otros (tema clave, agrego yo, La codicia de Occidente). Cierto es que esto es muy diferente de nuestras Naciones, las cuales muy a menudo pierden sus propios reinos por querer señorear a los demás y por el insaciable deseo de expandir el imperio y jamás pudieron conservar el reino original durante cientos o miles de años, según hicieron los chinos. Y es cierto que, si algún reino en el extranjero quisiera estar sometido voluntariamente a los chinos, no se hallaría ninguna persona literata o destacada que lo quisiera ir a gobernar. Por esta razón es que, investigando con mucha diligencia sus historias de más de cuatro mil años, jamás conseguí hallar ni un pequeño indicio de avances sobre otros reinos. Ni ellos se honran ni presumen de ellos.”

“La Segunda, los literatos (Consejeros y Ministros de la Corte) gobiernan todo el reino, y en ellos consiste y de ellos depende el verdadero imperio y su carácter heterogéneo. Al que están sometidos todos sus soldados y capitanes. De modo que no existe ningún capitán a pesar de su gran valentía y de cuantos millares de soldados tenga bajo su cargo que no tiemble o sea sumiso ante un doctor o mandarín de letras. Y muchas veces éste les golpea públicamente como se hace entre nosotros con los niños de las escuelas. Los mandarines de letras son los que presencian todas las guerras y los que dictan cualquier orden, a la vez que guían a los capitanes en cada batalla. La razón puede explicarse en que este reino, china, tuviera siempre en mayor reputación las letras que las armas, la razón puede explicarse tanto por el hecho de que las letras ennoblecen más su ánimo como también por sus principios primordiales los cuales establecían que este reino tampoco se inclinaba hacia la conquista de otros reinos como, al contrario, siempre ocurrió con nuestros pueblos de occidente.”


El siglo de la Humillación

China desde los siglos XIV y por lo menos hasta el siglo XVIII, es decir durante cuatrocientos años, además de ser el reino del medio o el Imperio Central producía el 50 % de PBI estimado en ese entonces. A lo largo de 20 dinastías los emperadores que conducían el reino más importante del planeta no tenían ningún interés de conocer ni relacionarse con el resto de los reinos, pueblos o civilizaciones.

Los historiadores registran que durante la dinastía Ming, entre 1405 y 1433, China que poseía la flota naval más grande del planeta, encomendó al Almirante Zheng He que organizara una expedición al sudeste asiático y áfrica, la flota china tenía enormes ventajas en tamaño, perfección y números de navíos a la Armada Española que recién más de un siglo después surcara los mares para llegar a América (1492). Esta fue la última expedición de China al exterior. Porque luego de 10 años no encontrara nada nuevo y además fue muy costosa. Lo que le trajo problemas tributarios y rebeliones de su población.

China consideraba que lo que estaba fuera de sus confines naturales, el mar amarillo (océano pacífico) al este, el mar de la china al sur, el desierto de Gobi al oeste y la muralla al norte, eran pueblos barbaros y construyeron precisamente esa gigantesca muralla (llegó a tener 8000 km de extensión) para que no ingresaran los barbaros a su imperio.

Esto fue así hasta, podríamos poner una fecha de comienzo del fin del predominio chino, el 3 de octubre de 1793 fecha en que el embajador McCartney de Inglaterra, llega a Beijín y es recibido en la corte. Le entregan una carta del Emperador, luego de hacerlo esperar muchos meses. La misiva que le entregan a McCartney dice, según H. Kissinger en su libro “China” está dirigido al Rey Británico Jorge III: “Vos, Oh Rey, aunque vivís más allá de los confines de muchos mares, movido por el humilde deseo de participar en los frutos de nuestra civilización, habéis enviado una misiva que lleva con respeto vuestro testimonio (...) En cuanto a vuestra súplica de enviar a uno de vuestros súbditos para acreditarse ante mi Corte Celestial y controlar el comercio de vuestro país con China, la petición va en contra de las costumbres de mi dinastía y no puede contemplarse en forma alguna”.

Este Edicto imperial resultó ser una de las comunicaciones más humillantes registradas en la historia de la Diplomacia Británica. Esto es porque hacía varias décadas que Inglaterra había conquistado la India. Un gran productor de té y opio. Inglaterra tenía un comercio muy desfavorable en su balanza de pagos con China. Porque importaba desde allí muchos productos que luego copiaba y vendía al mundo entre otros: sedas y porcelanas. Esta balanza de pagos desfavorable el rey, presionado seguramente por los inversores financieros de Londres que costeaban las expediciones, la quería revertir forzosamente vendiendo opio que obtendría en India. La negativa firme del Emperador se mantuvo así durante años hasta que Inglaterra decidió pasar a la vía armada con la primera y segunda guerra de Opio (1850) y (1860) en alianza con las demás potencias Occidentales y Japón. Fueron ocho las potencias extranjeras que ganaron las guerras contra el Emperador y sometieron a China durante un siglo: Inglaterra, Francia, Estados Unidos, Japón, Rusia, Alemania, el Imperio Austrohúngaro e Italia. Debilitada China por estas guerras contra occidente más Japón, debió firmar los conocidos “contratos desiguales” que fueron la herramienta mediante la cual le arrancaron al Imperio celestial, soberanía, riquezas, impuestos, penalidades durante el siglo que perduró la dominación extranjera. Recién en 1849 con la toma de poder por parte del Ejército Rojo liderado por Mao, renace la nueva China.

Este siglo de humillación y debido a las ambiciones de las ocho potencias occidentales que mediante la firma de tratados desiguales aspiraban a someter a China a las normas occidentales de intercambio político y libertad de comercio.

China resistió a estas presiones de las ocho potencias, pero quedó muy debilitada porque cumplir con las penalidades, exacciones y cesión de soberanía territorial que le imponían los contratos, significaba también rebeliones en su propia sociedad. 

Tres grandes rebeliones sufrió China en este período. La más importante fue la de los Taiping que fue devastadora. Se calcula que hubo más de veinte millones de muertos a lo largo de diez años, también hubo sublevaciones en regiones musulmanas y lo de Mianeh, que llevaron a que la población China pasara de cuatrocientos diez millones de habitantes a trescientos cincuenta millones entre 1850 y 1873.

Resumiendo, entonces el siglo de la humillación comenzó con las guerras del Opio provocadas por Inglaterra (1850) a la que se le suman las restantes siete potencias extranjeras (seis occidentales más Japón) que someten a China durante cien años, y termina con la Revolución de Mao y la toma del poder por el Ejército Rojo en Beijín en 1949.


El ascenso chino: reforma y apertura

China comienza el ascenso pacífico y se consolida con el proceso de reforma y apertura liderado por Deng Xiaoping y consolidado por Xi Jinping (1982-2024), China primero eliminó el hambre y la pobreza pasando de setecientos millones de personas de campo a la ciudad.

Pasando de ser campesinos con un ingreso diario de dos dólares por día a ser obreros industrializados con ingresos medios mensuales de unos dos mil quinientos dólares. Esto en tan solo 30 años, algo que el occidente desarrollado pudo hacer en tres siglos luego de la Revolución Industrial. Y a partir de allí, cuando ingresó a la OMC (Organización Mundial del Comercio) se convirtió en una Potencia Exportadora Industrial de gran magnitud. 

Actualmente supera el billón de dólares en superávit de exportaciones, algo nunca alcanzado hasta hoy por país alguno, pero lo más impactante es que en el mismo momento su competidor directo y rival, Estados Unidos, tiene un saldo negativo en su comercio exterior (déficit negativo) de 1310 mil millones de dólares, y la mitad de ese déficit es por la importación de productos de China.

Frente a estos números que son apabullantes y difíciles de revertir, occidente, liderado por Estados Unidos, desarrolla una política global que incluye dos poderosos vectores: volver al proteccionismo como política de estado para defender las industrias locales y los bienes estratégicos (Trump con su lema MAGA, que arrasó en las elecciones 2024); y estableciendo aranceles de hasta 100 % a los productos manufacturados en china y de esta manera reducir el déficit comercial.

Esto es volver para atrás la rueda de la historia. Retroceder a los años de la Revolución Industrial y la guerra del opio (1860). Trump intentará aislar a China tanto tecnológicamente como política y militarmente, desde el punto de vista tecnológico buscará impedir la autosuficiencia china con la guerra de los chips impidiendo exportaciones claves de esa industria a fabricantes chinos tal como lo hizo con Huawei. Empresa a la que Estados Unidos perjudica de manera fuerte en su proyecto de 5G. Y fortaleciendo a Taiwán con nuevos envíos de armamento y respaldo político en sus ambiciones independentistas.


El caso de Taiwán

En Taiwán operan las empresas más avanzadas y líderes mundiales en la industria de semiconductores. Son dos: una es la Taiwanesa TMSC (Taiwán Semiconductor Manufacturing Company) y la otra es la Holandesa ASML (Litografía de Materiales Semiconductores Avanzados).

TMSC, es el mayor fabricante de chips del mundo. Tiene un capital Bursátil de 550 mil millones de dólares de 2021, mientras que ASML, tiene un capital de 297 mil millones de dólares.

Estamos frente a dos gigantes de la tecnología que abastecen a industrias y países claves como la industria automotriz europea y hasta la propia China. Entre ambas empresas producen un porcentaje importante del PBI de Taiwán. Y lo que es más importante es que abastecen a la Inteligencia Artificial de occidente y sus empresas líderes como Apple, NVIDIA, QUALCOMM, con las que estados unidos busca prevalecer con el apoyo de Trump y su política de MAGA, liderar en la guerra por la IA contra China. 

Por eso para Trump el enemigo es China y su PCCh: sii China lograse el control de Taiwán recuperando para su soberanía la isla, pasaría a controlar no solo el mar de la China y el estrecho de Taiwán donde circula el 25 % del comercio internacional por mar, sino también las industrias claves de microchips, semiconductores que abastecen a Europa, China y a sus empresas líderes de IA.

Para lograr este objetivo Trump y Musk, ambos amigos personales de Putin, buscarán debilitar la Alianza de Rusia y China.

Están repitiendo una estratégica exitosa de Estados Unidos de hace 50 años atrás con la “democracia del Ping Pong” que iniciaron los republicanos, el Presidente Richard Nixon y el Secretario de Estado Henry Kissinger en 1972. Luego de la ofensiva del Tet en Vietnam, liderado por Ho Chi Minh y Le Duan (enero 1968) contra la ocupación de Estados Unidos y su ejército títere de Vietnam del Sur el Viet Cong con apoyo del ejército de Vietnam del norte y logística de URSS y China vía la ruta de Ho Chi Minh ataca en una ofensiva militar todo Vietnam del sur, todas las capitales de provincia hasta el mismo Saigón (en ese momento capital de Vietnam del Sur). Si bien la ofensiva tuvo altos costos en vidas humanas para el Viet Cong se constituye en una gran victoria estratégica contra en ejército más poderoso de la tierra: el de Estados Unidos y hasta la propia embajada americana estuvo mucho tiempo tomada por Viet Cong.   

Ante este golpe demoledor, Estados Unidos asumió la derrota (en ese momento tenía quinientos mil soldados establecidos en Vietnam que se sumaron a los seiscientos mil soldados de Viedma del sur) e inició negociaciones secretas con China por separado con dos objetivos:

1) Lograr una retirada  ̈Digna ̈ a sus tropas mediante un acuerdo de paz.

2) Separar a China del bloque socialista para debilitar a la Unión Soviética, su contendiente en la guerra fría. El primer objetivo lo logró en parte porque el acuerdo de París le permitió al partido republicano ganar las elecciones, retirar gran parte del ejército y volverlo a Estados Unidos dejando a cargo de la guerra al ejército de Vietnam del Sur. Con apoyo de la marina y aviación Estados Unidos que inició sus bombardeos al norte de Vietnam arrojando al cabo de 3 años más bombas que en la II GM. Finalmente, esa estrategia terminó con una deshonrosa derrota con la pérdida de todo Vietnam del Sur a manos del Ejercito de Vietnam del norte y el Viet Cong que tomaron la capital Saigón el 1 de mayo de 1975.

En cambio, el segundo punto lo lograron Estados Unidos y China con Nixon y Kissinger que establecieron un acuerdo con Mao y Zhou Enlai que tenía como eje en común poner a la Unión Soviética como adversario.

Eso le permitió a Estados Unidos, quince años después, provocar la caída de la Unión Soviética primero del muro y luego el desarme del bloque socialista. A partir de allí, queda como potencia hegemónica única y China inicia un proceso de Reforma y Apertura con apoyo y transferencia de tecnología y radicación de empresas industriales Internacionales (occidente) en China. Luego de la muerte de Mao (1976), Deng Xiaoping que sucedió a Mao, lideró ese proceso de Reforma y Apertura.

Este período condujo a China a una industrialización potente, convirtiéndose en el fabricante de manufacturas más grande del planeta y acumular enormes reservas de divisas (dólar en primer lugar, euros y oro luego) por sus enormes saldos exportables.

China de la mano de su PCCh y su política de gobernanza, extendió y profundizó el proceso de industrialización, para llevarlo a la innovación, el diseño y desarrollo de nuevas tecnologías en todos los campos de la economía logrando objetivos impactantes como superar al propio Estados Unidos en el patentamiento de nuevas tecnologías. Simultáneamente Estados Unidos con la globalización que lideró durante casi dos décadas (1990-2010) generó un proceso de desindustrialización que le provocó una grave crisis económica y financiera (pérdidas de puestos de trabajo y fuerte endeudamiento por sus déficits gigantescos en la balanza de pagos.

En estos últimos 15 años China aceleró su avance pacífico al liderazgo mundial en tres frentes claves:

1) Desde 2012/3 Xi forjó una alianza integral sin límites con Putin, Rusia, donde la clave es el aseguramiento de la provisión de energía e hidrocarburos, para eso construyeron de manera conjunta con Rusia un enorme gasoducto que une Siberia con el norte de China.

2) También China estableció junto con Rusia relaciones con todos los países árabes, principalmente los productores de petróleo, crearon y fortalecieron los Brics donde controlan con Arabia Saudita, Rusia, Egipto, Emiratos Árabes Unidos, Etiopia E Irán. el 60 % de la producción mundial de petróleo.

3) Desdolarizaron el comercio del petróleo que pasa a comercializarse en las monedas locales. Con lo cual quitan a Estados Unidos el manejo de un insumo básico y estratégico.

China se vuelve así soberana y autosuficiente con el petróleo.

Complementariamente realiza un plan de construcción de Centrales Nucleares importantes y junto con Rosatom (Rusia) tienen en construcción 56 centrales nucleares para generación de energía en sus países y en 10 países del mundo.

De esta manera China junto con Rusia y Arabia Saudita completa su autonomía energética que le permite sostener sus industrias competitivas y las nuevas tecnologías y particularmente la IA, que es una industria altamente demandante de energía.

Desplazando a Estados Unidos en el control internacional del petróleo de allí que Trump plantea “Drill baby Drill” (perfora muchacho perfora).

Esta Alianza política, militar y energética con industrialización para la Defensa Nacional ponen a Rusia y China en una posición de liderazgo internacional a la manera de un Yalta II: con dos líderes de Europa Xi y Putin y un líder de occidente Trump. Estados Unidos buscará romper o debilitar esa alianza negociando (intentando) con Rusia y Putin por separado, colocando a china como archienemigo y entregando a Putin los territorios que el ejército ruso ya ocupa;

Luhansk, Donetsk, Crimea más Sebastopol.

La alianza integral sin límites de China y Rusia les otorga a estos países una supremacía política y militar frente a Estados Unidos en el mar de la China. Y los últimos acontecimientos tanto tecnológicos (China está tomando la delantera en la IA y Rusia superó a toda la OTAN en el desarrollo de nuevas armas y misiles como Oreeshnik que parece dejó sin respuestas a Estados Unidos) como militares han creado un escenario favorable como para que la RPCc y su EPL recuperen la soberanía en Taiwán. El cómo y el cuándo lo están desarrollando para garantizar el éxito de la toma del último bastión que China tuvo que ceder durante el siglo de la humillación en manos de Japón. Mao ya había evaluado la recuperación de Taiwán luego de la derrota de Estados Unidos en Corea y Vietnam, pero consideró que faltaba un requisito político: que China continental tenga una calidad de vida y un desarrollo del PBI per cápita superior al de Taiwán.

Eso ya se logró también, ahora seguramente seguirán las recomendaciones de Tsun-Tsu: ganar la batalla sin derramamiento de sangre, lo que hicieron al recuperar el anteúltimo bastión de soberanía en manos de los ingleses, Hong Kong.


Ing. Gerardo Ferreyra

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